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lunes, 25 de julio de 2011

¿QUÉ ES EL PECADO?

                                                         

¿Quién mejor que la Biblia puede definirnos realmente lo que es el pecado y su naturaleza?. En la Palabra hay por lo menos cuatro definiciones de lo que es el pecado:    
     Todo lo que no es de fe es pecado. Rom. 14:23  (duda, incredulidad)
     El Pecado es la infracción de la ley.  1 Juan 3:4  (violación)
    Toda injusticia es el pecado. 1 Juan 5:17  (desigualdad, iniquidad)
    El pecado está en el que sabe hacer lo bueno y no lo hace. Sant.4:17 (omisión)

Estos cuatro aspectos  (infracción, injusticia, omisión, duda) que revela la Palabra sobre lo que es  el pecado nos da el marco para entender la naturaleza del pecado:

a) Duda o incredulidad.-  Romanos 14:23 .-  “Porque sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acera a Dios crea que él existe y que recompensa a los que le buscan” (Heb. 11:6). La duda es lo contrario a la fe. La duda es la raíz de la incredulidad, porque  el que duda no cree.
A este pecado fue inducida Eva en el Huerto del Edén. En su diálogo con
Eva, el diablo logró sembrar la semilla que dio origen a la desobediencia y la rebelión. Satanás logró que Eva dudara de la veracidad de Dios, presentándolo ante ella como mentiroso y engañador: “Dios te dijo: Moriréis (Gen. 2:17), pero yo te digo que no morirás. (Gen. 3:4). “Dios es injusto con ustedes, porque les priva del privilegio del conocimiento y es egoista porque no quiere compartir con ustedes sus facultades y capacidades. (3:5).
La duda sobre la veracidad y justicia de Dios surgió, por primera vez, en Eva. Esta semilla nació y tuvo su fruto: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos y codiciable para alcanzar la sabiduría y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (3:6)
La duda desplaza la fe y donde hay fe la duda desaparece. Alguien dijo que “la duda o incredulidad es el peor de todos los pecados porque está en contra del remedio para el pecado: la fe.  Por eso el pecado es ausencia de fe en Dios

b) Violación.-  (1 Juan 3:4) (Tiene que ver con la integridad) Violación, infracción, trasgresión son términos que la Biblia utiliza para designar al pecado. Trasgresión es ir más allá de los límites establecidos por la ley. Las leyes del tránsito estipulan que la luz roja es señal de peligro, por lo cual hay que detener firme el auto. Cuando  cruzamos con la luz roja, estamos transgrediendo, violando una ley y por lo tanto estamos cometiendo una infracción.
Nuestros primero padres trasgredieron los límites delineados por Dios, porque fueron más allá de lo que Él les había establecido. En  toda violación hay dos elementos que se manifiestan: la desobediencia y la rebelión. dice la Palabra que “toda rebelión y desobediencia recibió justa retribución” Heb. 2:2 . “La paga del pecado de muerte”.
           
c) Injusticia.- (1 Juan 5:17) En la Biblia, toda acción pecaminosa e inicua, todo acto que no contiene el elemento de equidad, se tiene por una injusticia. La justicia es todo lo recto y correcto. La justicia es un atributo moral de Dios, y toda obra del hombre que no se ajusta a la naturaleza moral de Dios, es pecado. Mientras que nuestros primeros padres vivieron  en santidad y obediencia, estaban viviendo dentro del marco de la justicia de Dios, desde el momento en que se rebelaron contra la justicia divina comenzaron a vivir fuera del marco de la justicia de Dios y en un estado de injusticia. Esta situación se proyectó hacia toda su descendencia. “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23). “No hay justo ni aún uno” (Rom. 3:3; Salmo 14:1-3) “...y todo el mundo queda bajo el juicio de Dios” (Rom. 3:19). Para resolver la injusticia del hombre, Jesucristo vino y asumió la naturaleza humana y en esta condición, tomó el lugar del hombre y en la cruz tomó  y llevó todos nuestros pecados e injusticias; toda la justicia de Dios cayó sobre Él, y satisfizo las demandas de la justicia Dios (Rom. 3:21-26; Gál. 3:13; Filp. 2:5-8, etc).

Ahora somos hecho justicia de Dios por y en Jesucristo (Col. 1:30). El fin de la ley es Cristo para justicia a todo aquél que cree” (Rom. 10:4). Ahora la fe en Jesucristo opera su justicia en nosotros de tal forma que “ahora somos justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo“ (Rom. 5:1)

d) Omisión.-  (Santiago 4:17) “Aquél que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (Sant. 4:17). El pecado tiene un aspecto negativo: el no hacer lo bueno. Abstenerse de obrar como se debe en el momento oportuno. Quizás se alegue: “Yo no hago mal a nadie”. Pero el asunto es que se nos impone la necesidad de hacer el bien, y cuando nos abstenemos de hacerlo incurrimos en pecado de omisión. (Hebreos 13:16;  1 Pedro 3:11; Gál. 6 :9-10).
Hay una serie de responsabilidades, actitudes, acciones, que si no se hacen afectan, no solo a nosotros, sino también a los que nos rodean. El no asumir nuestras responsabilidades, afecta los intereses personales y  los intereses de los demás. El no hacer lo que nos toca hacer, puede producir grandes problemas, producir grandes catástrofes. Por lo cual el no hacer se constituye en un pecado contra el prójimo y contra Dios. Este tipo de pecado se contrarresta haciendo el bien. “No seáis vencido de lo malo, SINO VENCE CON EL BIEN EL MAL” (Rom. 12:21).









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